11 abr 2025

Movilidad eléctrica: ¿por qué Portugal crece más rápidamente que España?

Descubre cómo Portugal avanza con decisión hacia la transición eléctrica mientras que España observa y evalúa varias modalidades para fortalecer su propio camino.
movilidad-eléctrica-España-y-Portugal
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La transición hacia la movilidad eléctrica no es una carrera de obstáculos ni una competencia entre países: es un camino compartido que cada nación recorre con sus propios recursos, necesidades y tiempos. Sin embargo, observar los logros de otros puede ofrecer ideas valiosas.

En el caso específico de España y Portugal, ambos miembros de la Unión Europea y geográficamente cercanos, emergen enfoques distintos en la adopción de vehículos eléctricos. Portugal, en particular, se ha destacado por un crecimiento constante y bien estructurado en el sector de la movilidad sostenible.

Según los datos actualizados al 2025 de la ACEA (Asociación Europea de Constructores de Automóviles), Portugal ha alcanzado una cuota del 24% de nuevas matriculaciones de vehículos electrificados, mientras que España se sitúa alrededor del 13%. Cifras que, bien contextualizadas, reflejan decisiones políticas, estrategias públicas y comportamientos ciudadanos.


Las políticas que han favorecido la difusión en Portugal

No se trata simplemente de incentivos económicos. El éxito de la movilidad eléctrica en Portugal es el resultado de una combinación equilibrada de herramientas públicas, infraestructuras eficientes y comunicación clara.


Un sistema de incentivos simple y accesible

El programa nacional de incentivos para la compra de coches eléctricos se ha mantenido estable a lo largo de los años, predecible y con reglas claras. En 2025, el gobierno portugués confirmó la entrega de hasta 4.000 euros por vehículo, con límites de precio amplios (hasta 55.000 € para coches con al menos cinco plazas). Esto permitió a muchas familias y empresas planificar la compra con tranquilidad.

También en España se han registrado progresos: el plan Moves III, que ofrece subvenciones de hasta 7.000 euros, ha sido recientemente semplificado para agilizar la entrega de las ayudas y reducir las diferencias entre comunidades autónomas, haciendo que el proceso sea más eficiente y accesible para ciudadanos y empresas.


Una red de carga bien organizada

Portugal ha apostado para un modelo centralizado de gestión de la red pública, a través de la plataforma MOBI.E. Este sistema garantiza transparencia en precios, interoperabilidad entre operadores y facilidad de uso para los ciudadanos. Con más de 10.800 puntos de carga públicos activos, la cobertura del territorio es eficaz y coherente.

España, aunque cuente con un mayor número absoluto de estaciones de recarga, sufre una distribución desigual y la falta de una coordinación centralizada, lo que limita la percepción de fiabilidad entre los usuarios, especialmente fuera de las zonas urbanas.


Menos burocracia y comunicación eficaz


Otro punto clave es el aspecto normativo y comunicativo. En Portugal, los procedimientos de matriculación y acceso a incentivos son digitales y simplificados, mientras que las campañas institucionales han sabido transmitir claramente los beneficios de la movilidad eléctrica.

En España, en cambio, persiste una cierta fragmentación entre entidades locales y administraciones regionales, con normativas variables que generan incertidumbre entre los automovilistas. La información, en muchos casos, resulta técnica y poco accesible para el gran público.

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El potencial español sigue siendo altísimo

A pesar de las dificultades actuales, España cuenta con todas las condiciones necesarias para acelerar en la transición energética: un fuerte sector automovilístico, empresas innovadoras en el ámbito de la energía y un creciente interés ciudadano por las tecnologías de bajas emisiones.

La adopción de prácticas más ágiles, la revisión del sistema de incentivos y una mejor coordinación nacional podrían ser los próximos pasos concretos para mejorar la penetración de los vehículos eléctricos.


Una mirada propositiva

El caso portugués no es un modelo a copiar, sino un ejemplo útil del que inspirarse. Cada país tiene sus particularidades, pero algunas lecciones son universales:

  • Hacer que los incentivos sean más fáciles de obtener y estables en el tiempo

  • Gestionar la red de recarga de manera más coordinada y transparente

  • Involucrar a los ciudadanos con una narrativa positiva y comprensible

  • Reducir la burocracia para usuarios y operadores

La comparación entre España y Portugal en materia de movilidad eléctrica demuestra cómo las estrategias claras y las decisiones coherentes pueden marcar la diferencia, independientemente del tamaño o la potencia económica de un país.

La transición hacia un transporte más sostenible ya está en marcha. Observar lo que funciona, adaptarlo y mejorarlo puede ayudar a España a fortalecer su propio camino. Porque la movilidad eléctrica no es una moda, sino una transformación estructural, y cada paso adelante es una inversión en el futuro.

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