Si la compra de un vehículo eléctrico ya es un paso importante hacia un estilo de vida más sostenible, la tecnología de recarga bidireccional, que actualmente se está probando también en Italia, promete transformar nuestra visión de la energía y la movilidad inteligente. Aunque de momento sigue siendo en gran medida futurista y aún no se ha implantado, esta innovadora tecnología promete ofrecer una solución para la optimización de la electricidad y una mayor flexibilidad en el uso de los recursos disponibles.

Con la carga bidireccional, los vehículos eléctricos ya no son meros consumidores de energía, sino que participan activamente en la gestión de la red, ayudando a equilibrar la oferta y la demanda al adaptarse a las necesidades cambiantes del sistema energético.

Este nuevo enfoque promueve la sostenibilidad medioambiental y abre el camino a nuevas oportunidades económicas para particulares y empresas.

¿Cómo funciona la recarga bidireccional?

La carga bidireccional permite que el flujo de energía se mueva en dos direcciones: del coche a la red y viceversa.

Cuando un vehículo eléctrico se conecta a la red para cargarse, la corriente alterna (CA) se convierte en corriente continua (CC) y se almacena en la batería del vehículo. Durante la carga bidireccional, esta energía puede convertirse de nuevo en CA y utilizarse para alimentar el hogar o, en caso necesario, volver a inyectarse a la red, lo que abre la posibilidad de una amplia gama de aplicaciones útiles.

Este proceso de conversión es gestionado por un cargador bidireccional, equipado con sistemas específicos de supervisión y control que gestionan la cantidad de energía que entra y sale de la batería, integrando un convertidor CA/CC que permite que la energía fluya en ambas direcciones.

La tecnología de carga bidireccional está atrayendo rápidamente el interés y la atención de fabricantes y usuarios por igual, ya que ofrece una serie de ventajas tanto para los conductores de coches eléctricos como para la red eléctrica en su conjunto.

V2G, V2H y V2V: el triple uso de la carga bidireccional

La recarga bidireccional puede dividirse en tres aplicaciones principales: De vehículo a red (V2G), de vehículo a hogar (V2H) y también de vehículo a vehículo (V2V).

Con la tecnología V2G, la energía almacenada en la batería del vehículo puede devolverse a la red. En esencia, los vehículos eléctricos se convierten en verdaderas unidades móviles de almacenamiento y pueden actuar como reserva de energía para la red, ayudando a estabilizar la oferta y la demanda de electricidad. Esto puede ser útil en situaciones de sobrecarga de la red, en caso de picos de demanda, permitiendo que la energía vuelva a la red cuando no se utiliza, o para la gestión de la flota de coches eléctricos de una empresa, que puede así regular de forma más eficiente la carga entre los distintos coches según sea necesario.

Descubra elsistema V2G de Mirafiori, en el que también participó Daze.

El concepto V2H, por su parte, permite utilizar la energía del vehículo eléctrico para alimentar la propia vivienda o un edificio. Esto puede ser funcional durante picos de demanda energética, apagones momentáneos o cuando los costes de la electricidad son más elevados, permitiendo amortizar los costes energéticos durante un breve periodo. También puede utilizarse en momentos de ocio, para conectar una pequeña vivienda o dispositivo mientras se está de vacaciones.

El V2V, por su parte, permite el intercambio directo de energía entre dos vehículos, haciendo posible compartir energía con otros coches. Esto podría permitir la creación de una red de vehículos de apoyo para situaciones de emergencia, o compartir energía entre varios coches durante un trayecto o cuando no se disponga de una estación de recarga gratuita en las inmediaciones.

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Ventajas de la carga bidireccional

Aunque la recarga bidireccional aún no se utiliza de forma generalizada y todavía no está disponible en los productos que se comercializan actualmente, su potencial es más que prometedor:

  • Ahorra dinero y permite una mejor gestión de la recarga: al vender a la red la energía almacenada en la batería del vehículo, se pueden generar ingresos extra que ayuden a compensar los costes de recarga.
  • Refuerza el ahorro energético y el control total de los costes: combinando las tarifas eléctricas en las franjas más baratas con un software de gestión de la energía doméstica, se pueden reducir los costes en la factura interactuando activamente con la red en los momentos en que resulte más conveniente, suministrando y retirando energía según las necesidades.
  • Regula la autosuficiencia energética y contribuye a la estabilidad del sistema: utilizando la energía renovable producida por un sistema fotovoltaico con carga bidireccional, es posible reducir la dependencia de la red eléctrica tradicional y ser autosuficiente energéticamente, convirtiéndose el vehículo en una auténtica reserva de la energía producida durante los periodos de sobreproducción. Esta energía puede utilizarse cuando la producción de energía es menor, ayudando a equilibrar el sistema energético.

Energía en movimiento

Aunque la recarga bidireccional sigue siendo un concepto futurista, el desarrollo de infraestructuras y una mejor normalización de la normativa y los protocolos necesarios podrían convertir los vehículos eléctricos en valiosos recursos para la infraestructura energética. De este modo, los coches se convertirían en energía en movimiento, capaz de transferir electricidad entre sí, a los hogares o incluso a instalaciones críticas durante emergencias, y de suministrar energía temporalmente durante eventos como conciertos o ferias.

Los usos de esta tecnología son múltiples, lo que indica que avanza en la dirección correcta por el camino de la sostenibilidad energética. Con la carga bidireccional, los vehículos eléctricos podrían integrarse plenamente en una red más flexible, suministrando energía cuando fuera necesario y ayudando a equilibrar la oferta y la demanda de forma más eficiente. Esto no sólo reduciría la dependencia de las fuentes de energía tradicionales, sino que también podría mejorar la estabilidad y seguridad de todo el sistema energético nacional.